El movimiento Pachakutik enfrenta uno de sus momentos más complejos desde su fundación. La reciente separación de seis legisladores del bloque legislativo y la derrota de Leonidas Iza en las elecciones para la presidencia de la Conaie han expuesto una doble fractura, tanto en el brazo político como en la estructura organizativa del movimiento indígena.

Santiago Cahuasquí, docente universitario e investigador del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina, considera que Pachakutik atraviesa una doble transición. Por un lado, responde a la reconfiguración del liderazgo político nacional encabezado por Daniel Noboa. Por otro, gestiona los efectos del relevo en la conducción de la Conaie tras la salida de Leonidas Iza.

Según Cahuasquí, la salida de Iza deja un vacío organizativo que ha impulsado a varios asambleístas a buscar una mayor autonomía. Esa libertad les permite definir sus propios diálogos y acuerdos, tanto con el Gobierno como con los actores internos del movimiento. En ese contexto, la organización intenta construir un nuevo rumbo sin perder coherencia entre lo social y lo político.

Pachakutik no actúa como brazo mecánico de la Conaie
Cahuasquí afirma que no se puede entender a Pachakutik como un brazo automático de la Conaie. En su visión, es más adecuado asumir que la organización política actúa como un “hijo” de la Conaie, con autonomía relativa y capacidad de decisión. Esa relación no ha sido armónica, pues históricamente han existido tensiones entre las dos estructuras.

 

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